Notas

Por Lucho Rombolá
(conductor de Cumbia de la Pura. - Sábados a la medianoche por FM La Tribu 88.7)


EL RITMO DEL TRABAJADOR ARGENTINO



La cumbia nació y se crió en Colombia, pero creció viajando por América Latina. En Perú se vistió de chicha, en Paraguay maduró como cachaca y en México se recibió de sonidera. Pero en la Argentina fue donde se reprodujo: se hizo norteña, santafesina, chaqueña, cordobesa, villera, guarachera y del litoral.
Estos estilos muchas veces se fusionan con los sonidos más representativos de la provincia en la que se gestaron. Y si consideramos a la cultura como al conjunto de formas y expresiones de una sociedad, entonces la música tropical debería ser aceptada como parte de nuestra cultura nacional.
La historia cuenta que fue inventada por los esclavos africanos. Habían sido traídos al continente por el Imperio Español y eran obligados a realizar trabajos forzados. En sus noches libres sólo querían divertirse. Por eso nació la cumbia, como un escape de la realidad. Entre ritmos de tambores, la luz de las velas y la opresión de los grilletes.
Desde ese entonces, la música fue discriminada por los sectores de mayor poder adquisitivo. Los mismos que fueron incapaces de resistirse a su estilo pegadizo y de bailarlo en sus fiestas privadas. El estilo se transformó en símbolo popular. Por eso no es casual oír un güiro entre los pasillos de una villa de emergencia. Ni resulta extraño concebir a la música tropical en medio de un paisaje de exclusión.

Sin embargo, el concepto de la movilidad social permitió el milagro de la inclusión musical. Los años de peronismo, crisis financiera y neoliberalismo abrieron paso al fortalecimiento de la clase media. Varias familias disminuyeron su calidad de vida y otras aumentaron su capacidad de consumo. En el medio del sube y baja, se ubicó la cumbia; entre los barrios y la gran ciudad. Casi sin darse cuenta, la cultura del trabajo expandió la cultura cumbiambera.
Todavía hoy la bailanta sirve como vía de escape: alegra la tristeza y exalta la alegría. La vida del laburante argentino transcurre entre levantarse temprano y llegar tarde a casa. Sobrevivir a las extensas jornadas laborales, la inflación y el traslado diario en los transportes públicos. Los malos sueldos, el trabajo en negro y los abusos de autoridad. Bienvenidos a la música tropical. Bienvenidos al ritmo del trabajador.