UISCE BEATHA IV
Mi conducta no desilusiona. Invita a beber.
Estoy desacostumbrado, árido, necesariamente destilado.
Al sur de mi boca las palabras se dejan caer hasta no tener tiempo.
Atardecen y engendran silencio. Eso ocurre: Las letras inventan silencio.
Silencio intestinal y exquisito, descansado de fiebre auditiva.
Me estiro hasta ella y siento un frío puto. Como de muerte fugaz.
Nada mas existe.
Entiendo que es lo mismo: Luego de ese invierno, nazco menos sucio. Más Dios.
Soy agua de vida. Un espíritu elemental.
por: Abdullah Liptus
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