viernes, 20 de noviembre de 2009

Verbo atemporal

A veces quisiera desgarrarme el alma, como ahora que vuelven las olas sin que nadie las llame.
Se me escapa el cuerpo y no depende más de mí, está sujeto a una red que supera toda voluntad.
Quiero romperme en pedazos, estallar y no desaparecer, ver al fin el amor sin egoísmo, sentir sin herir.
Le cuestiono a Dios mi existencia, o debo preguntarme a mi­ misma quién tiene la respuesta, quién está dispuesto a cruzar las fronteras de la mortalidad.
Cómo sacudirme hasta extirpar lo que creo que soy, lo que me hace vivir en la ignorancia.
Vuelvo siempre, aunque no lo quiera. Vuelvo porque todavía no comprendo que estoy aquí y al mismo tiempo estoy allá, estoy porque no estaré y seguiré estando.
"Estar" como verbo mortal y humano, como una vibración aferrada a la tierra.
Antes alguien me había dado un nombre, reduciendo el alcance de mis pensamientos.
Ahora, es cuando las palabras estallan y me configuran desde la esencia para dejarme ser.
Ser como verbo copula de almas atemporales, con sus raíces bien aferradas al universo.


Por: Gaia

jueves, 12 de noviembre de 2009

Imaginador.
Habito la luna telepáticamente.
Veo las ciudades y los hongos atómicos.
Desde mi balcón una galaxia se abre,
un camino de sueño, un lugar de agua.
Cuando soy humano compro y bebo,
cuando soy yo pienso apenas un poco mas.
Libertad, fin del mundo,
televisores para calmar la inteligencia.
Dándonos drogas-imágen quizás,
gérmenes de colores a control remoto.
Todo eso aquietándonos,
información de fantasmas delicadamente maquillados
sin perfil ni recuerdos del mundo real.

Por: Astroperro

martes, 10 de noviembre de 2009

En calma aparente, cotidiana ausencia,

perpetuo el silencio de fosas vacías,

color de arena de noche

en las corneas grises de la sombra…

eliminación del sueño

comunicación del fuego

abstracción sin cielo…

Sobre oscuridad libertaria

extraña marcha conceptuada en la idea de la idea

de nuevamente decir nada,

como ya otras tantas veces

bailando sobre la quimera de humo

ese inerte espantapájaros

que el viento aún sabe ignorar…



Por: EnteIntermitente

viernes, 6 de noviembre de 2009

TERRAZAS RUBIAS O NO DORMIR

Te quiero a veces maquillada con ciudad.
Esta ciudad a la que siempre escribo. A la que todos escriben.
Pero la escribo peor. Y te beso enjaulado, como ella me vive.
Peor: Es calor y hace violencia, buceamos en arroz, tambien.
Ademas, somos siempre sangre y celo. Como mínimo somos dos. Dos televisores, ya.
Nunca más me vomites de tu estomago frío. Nunca mas me seas tan feliz.
Sueño con la luna y mi sueño no perdona.

Esta ciudad está por estallar. No estaría nada mal.

por: Abdullah Liptus

miércoles, 4 de noviembre de 2009

ESPACIO-TIEMPO

Estoy y no soy

más que una mancha desdibujada

en el vacío, en la oscuridad.

Alejada del espacio-tiempo

sin lugar, sin segundos,

sometida a ondas expansivas;

soy pura vibración:

colores y sonidos

conforman la estructura

de mi ser y del todo.

Al margen de los límites,

sin cielo ni infierno.

No hay barreras

entre infrasonido y ultrasonido

porque la percepción burda,

salvaje, humana

vive en la polaridad.

¿De dónde viene esa melodía única

que se acerca, que siempre estuvo

y nunca se va?.

Todo es desconocido y conocido

para el espíritu que vuelve al fuego

y recuerda la identidad del ave fénix.


Por: Gaia Troiano

martes, 3 de noviembre de 2009

Presa en una noche sin luna. Incapaz de alcanzar los vientos celestiales. Presa, porque nací sin alas, acaso un ángel despojado de su destino.

Desde mi cárcel, alzo la mirada y las partículas de aire se entrelazan para formar tu imagen y pronto emanan un sutil sonido, que no se asemeja para nada a este mundo.

Pero tu imagen está allí, transparente e impenetrable como estos muros que me arrebatan la felicidad. Y casi desconsolada me pregunto si los ángeles sin alas lloran, si aman, si son capaces de arrebatarse el corazón para no sufrir más. Porque el deseo que hoy se acumula en la sangre equivale al constante estallido de millones de estrellas, de infinitas angustias; y yo no soy universo, no poseo eternidad, sólo tengo paredes rocosas y pesadas suprimiendo este grito abortado en mi garganta.


por: Gaia Troiano

Tus manos me dieron el regreso al mundo. Abrí los ojos por primera vez y vi la vida resplandeciendo en el ir y venir del viento.

Tus manos fueron expandiéndose en mi rostro y así supe de las caricias y del amor.

Las ventanas se abrieron de par en par, dejando al descubierto extraños puntos incandescentes en el cielo, abrazándome su luz hasta confundirme con ella.

Allí estaban tus manos, como dadoras de la felicidad que parece ser negada a la humanidad. Y yo, tenía esa felicidad sobre el lado izquierdo de mi pecho, reposando y proveyéndome su calor.

Si el amor son tus manos, entonces ve y toca a todo lo que viva en este mundo, a cada ser, no importa cuán diminuto sea, todos merecemos una caricia que encienda nuestro lado más oscuro.


Por: Gaia Troiano